Quien algo quiere algo le cuesta

Premio Nobel de la Paz 2012



Premio Nobel de la Paz para

 la Unión Europea




El pasado día 12, el Comité del Premio Nobel de la Paz, reunido en Noruega, lo ha concedido a la UE. El fundamento real de este paradójico galardón, ha sido –según los otorgantes–, disipar el peligro que actualmente entraña y se revive en la Unión Europea, de sufrir el comienzo del fin de la Unión. O de volver a la desunión, por los traumas de la crisis económica que padecen en las clases más populares.

Este riesgo lleva parejo, las reivindicaciones nacionalistas y separatistas, anclados en la Vieja Europa desde tiempos inmemoriales. Y se teme, que pueda haber otra ‘balcanización’ y desintegración del serio problema que la aflige a la sociedad en general, tanto económica, financiera, pérdida de derechos y logros de bienestar social.

El Comité, una vez más, concede el honorable Premio de la Paz, antes de que se produzca el hecho de merecerlo. Como ha ocurrido con Barack Obama, que también fue agraciado, y ya se sabe, que de pacífico su gobierno y el presidente, son una entelequia. En el ejemplo histórico de Europa, no lo ha sido de pacifismo alguno en sus naciones, ni respetuosa con los derechos de las vidas de sus pobladores. Desde las dos guerras mundiales, originadas en suelo europeo, sobre todo en la Segunda, con el Holocausto al pueblo judío, genocidios en Polonia, etc.; guerras civiles; golpes de Estado; horribles dictaduras; revoluciones de todo tipo y pelaje, etc.

A la Europa del centro y norte, a la Europa rica, siempre le han ido muy bien las finanzas, la economía y su modus vivendi. Cuyas naciones han recibido la mano de obra barata (a precios de saldo y sin derechos laborales), de los europeos pobres, los del sur. La Europa del sur ha tenido los más crueles dictadores, y perennes en el tiempo. La Europa del norte, no ha movido un dedo para fulminarlos. Les iba muy bien económicamente con “los poco trabajadores y festivaleros” del sur, que eran sus potenciales clientes. Mientras estuvieran subyugados por las botas aplastantes de: Franco, en España; Salazar, en Portugal; Mussolini, en Italia; y los Coroneles, en Grecia.

El último episodio bélico de la esperpéntica Europa, ha sido: no ver, ni oír y callar, hasta el extremo vergonzante, el conflicto étnico de los Balcanes. Las brutales masacres a la población y la desintegración, en varios Estados, de la antigua Yugoslavia, fueron ninguneados ante los ciegos ojos de los pacíficos Estados europeos. Hasta que intervino el gendarme ‘pacificador’ del mundo, EE UU, para impartir la Paz, en suelo europeo.

El eurodesencanto actual de los habitantes europeos, especialmente en los pueblos sureños, es cada vez mayor, entre las clases medias y bajas. Del sálvese quien pueda. Una Europa insensible, carente de solidaridad ante los demás componentes de la Unión. Su interés, es el compromiso de los 27 (en poco tiempo: 28, con la entrada de Croacia), de que sean solo potenciales consumidores y clientes de sus productos.

En estas restricciones económicas y tanteadas usuras, que llaman Crisis, impuesta por Alemania, con el drástico fin de recaudar las deudas prestadas a los países pobres del sur. Máxime por el alto coste de la reunificación de las dos Alemanias (objetivo en la creación del Euro). Incluso, obligando a España a reformar la Constitución, para recuperar sus dineros prestados. Conlleva que la devolución, a toda prisa, se tenga que ultrajar, hasta extremos obscenos, de la mayor y más extrema miseria a sus pobladores, con las inhumanas pérdidas laborales y de todos los derechos logrados en el Estado de Bienestar.

Estas exigencias y la pérdida de derechos de bienestar y de una vida digna, crean una agresividad entre sus habitantes. Y eso no engendra Paz ni es merecedora de tal distinción la Unión Europea. Ni tan siquiera una Unión, en la que cada país exporta armas para toda clase de guerras y guerrillas, y al mejor postor. Y en especial a sanguinarios dictadores de todo el mundo.

Es extravagante y burlesco, que el Premio de la Paz, sea concedido por Noruega. Un país que ni tan siquiera pertenece a la UE. Que dicho premio fue creado por Alfred Nobel, el inventor de la dinamita y magnate de industrias de armamento. El Comité ha opinado: “La lucha por la paz y la reconciliación y por la democracia y los derechos humanos”. Nada más alejado de la realidad que vive Europa.

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